puedo notarlo porque suspirar te cuesta.
Tus ojos, una maraña de soledades,
tu boca, suplicante de oportunidades.
Enfermiza y desgastada,
sin risa, aireada.
El telón se cae
y tus excusas ya no sirven, ya no valen.
Tor-men-ta,
se quema tu mente abierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario